Me encantan esos días que tengo de trabajo en que al llegar al mediodía
a alguien se le ocurre la brillante idea de ir a comer a algún lugar "insano"
donde la comida:
sino mata engorda...
Donde te la sirven..."horror" en bandejas rollo PrisonBreak
y donde "aluncina" todo está buenísimo...
Flipa!
Aunque luego, todo se "arregla" con un buen café
en un local genial perdido por las calles de Barcelona.
Con la compañía de dos grandes personas.
No pensé que echaría tanto de menos a algunas personas en concreto...
ahora me doy cuenta...
Como me gustan los edificios viejos
con terrazas geniales
¿Siempre estará en obras esta ciudad?