Subte Línea C. Buenos Aires.
"Todos los lugares son el mismo lugar"...
No sé dónde escuché, leí o quizás acabo de inventar esa frase... Pero es cierto.
En un momento determinado parece que hayas retrocedido en el tiempo y estés en otro lado.
En otra época. En otro momento. Que ya viviste. Que ya pasó.
De pronto giré el pasillo y me encontré bajando las escaleras despacio. En esta línea había menos gente. Bajaba y me teletransporté a París. Pero iba sin maletas, sin prisas, sin pensar que el día pasa demasiado rápido para hacer todo lo que debía. Mirar el reloj, controlar la hora, tomar un vuelo de regreso. Dormir poco, trabajar mucho. El mosaico de esa pared me recordó una estación de París.
Qué extraña la vida y todo lo que haces con ella. Debería servirnos para aprender. Para saborear los tiempos, el presente. Para encontrarle la vuelta a todo lo que haces y lo que te pasa.
Por qué de pronto giras un pasillo de metro atestado de gente, giras una calle, entras en una cafetería y la realidad se deforma. Se entrelaza, se combina, se teje, se enreda...con vivencias, lugares, personas...que un día fueron parte de tu vida.
Y mañana será otro lugar, otra esquina, pero volverá a ser pasado tan rápido...
(Paradójico, la línea C de subte de Buenos Aires es conocida por la "línea de los españoles" por una serie de obras que reflejan ciudades de España...que por cierto no vi...deberé volver. Por suerte, en este caso, no debo tomar ningún avión.)
La vida sigue, sigue dando lecciones
Y así aprendí a quererme en ocasiones
Todo se mueve y nada es en vano
Y así aprendí a quererme en ocasiones
Todo se mueve y nada es en vano