(Olazabal)
Siempre hay algo interesante en las casas vacías. Ese abandono que las hace viejas y descuidadas.
Si observas a través de sus paredes maltrechas puedes llegar a ver sus fantasmas. Quizás ellos te miran desde cualquier grieta y desean tu atención.
De repente, sin notarlo, la luz atraviesa, se filtra entre las rendijas de sus muros dándole el valor que tuvo antaño.
La belleza sombría de hoy te recuerda la grandiosidad de un posible futuro.
Los fantasmas sonríen. Captaron tu atención.
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