jueves, 3 de enero de 2019

2019


Tres días después del cambio de año.
Evidentemente no me siento diferente. No sé si tengo o no propósitos. No es cierto.
Escribí algunos. Emocionada por leer cientos de propósitos ajenos en Instagram.
La nueva plataforma (para mi) que me ha abducido y me quita demasiadas horas al día innecesariamente. Otro propósito sin apuntar: dejar de mirar Instagram y aprovechar el tiempo en otras cosas más productivas que no chusmear con vidas ajenas.

Bueno, de hecho entré en el blog para decir que pasó otro año más.
¿Cuándo llegué aquí? ¿A este hemisferio?
Debo echar cuentas para recordarlo...
Sólo recuerdo que mi vida era un poco caos. Un revoltijo de sentimientos.
De la necesidad de infinidad de cosas no concretas.
De comprender. De escucharme. De entender.

No sé si lograré nunca entenderme ni escucharme ni comprenderme a mí o a este mundo...
Pero lo cierto es que aquí continuo.
2018 ha sido un año de calma.
De la más tranquila y absoluta calma. Eso está bien.  Creo.

A este 2019 le pido que conserve esa calma. Que aunque el viento se torne huracán y pueda haber lluvias torrenciales y temperaturas inestables...que la casa mantenga esa serenidad.

Mantengamos esa tranquilidad, por ahora, un tiempo más.

2 comentarios:

  1. Yo no me hecho propósitos pero sí que me apunto a tu deseo para el 2019.
    Besitos

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    1. Dale!!! tranquilidad para todo el mundo...que las tormentas por desgracia siempre vienen sin avisar.
      Muchos besossssss!!
      Y que tengas buen año!

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